Con la llegada del otoño, empiezan a apetecer las tardes de libro y café caliente. Esta semana, te descubro mis autores francófonos preferidos. Si quieres mejorar tu francés o simplemente, ampliar tu biblioteca, en este artículo te cuento mis cinco autores para aprender francés leyendo.
Índice del artículo
Virgine Grimaldi
Los libros de Virgine Grimaldi son de los que no ves pasar las páginas. Una narrativa muy cotidiana con historias ligeras y del día a día. Mi gran favorito es Il est grande temps de rallumer les étoiles, en el que una madre soltera decide cortar con su vida hasta el momento y marcharse con sus dos hijas adolescentes a recorrer Escandinavia en autocaravana.
Marc Levy
Descubrí al autor antes de aprender francés y uno de mis grandes logros fue comenzar a leerlo en verisón original. Si me tengo que quedar con uno de ellos es uno de los últimos: C’est arrivé la nuit.
Uno de los libros de Marc Levy que me sirvió bastante en una etapa complicada es Une fille comme elle, no te solucionará la vida, pero te la endulzará mientras leas.
Joël Dicker
Dicker me conquistó con El caso Harry Quebert y posteriormente con el Libro de los Baltimore. Con Stephanie Mailer siguió conservando su hueco en mi lista. Su última obra, El enigma de la habitación 622 me pareció larguísima y resuelta de una forma poco creíble.
Aún así creo que sus libros previos fueron culpables de que me enganchara a leer en francés.
Guillaume Musso
Musso es mi autor francófono favorito del mundo. Los escenarios se dividen entre los Estados Unidos y Francia. Y, aunque yo era de las que se negaban a leer ficción Musso me cambió la perspectiva. Así que te lo recomiendo también a ti, aunque afirmes rotundamente que no te gusta ni la novela negra ni la ciencia ficción. El nivel de idioma es un poco más complejo que Grimaldi, pero si estás preparando exámenes oficiales, no lo dudes…
Aunque de Guillaume Musso tengo toda la coleción. Te recomiendo dos títulos: La vie secrète des écrivains y La jeune fille et la nuit.
Agnès Ledig
Ledig es comadrona y comenzó a escribir a raíz de la enfermedad de su hijo. Como ya habrás notado. Me gusta las historias de la vida cotidiana en las que te ves involucrada, y Ledig siempre me ha regalado historias cercanas, en las que me he implicado y de las que no me he podido desenganchar.
Sin duda, me quedo con Juste avant le Bonheur, por su historia, por el mensaje y por la manera en la que te transporta a las playas bretonas, y al paseo de cada mañana para comprar croissants frescos.
Cuéntame, ¿cuál de los cinco autores te llama más la atención? ¿Te gustaría recomendar alguno? Me encantaría escribir una segunda entrega.
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